Pechuga Pollo de la Abuela
Esta pechuga es mágica. Unos segundos en la plancha hacen que quede dorada por fuera sin secarse. El vacío hace que la carne absorba los aromas de las hierbas y el sabor del pollo se concentre. Como se ha cocido herméticamente, no ha perdido nada de agua y es extra jugosa. No habrás probado nada parecido.