Entre las características fundamentales de este vegetal no puede dejar de mencionarse que es rico en fitoquímicos, que son sustancias naturales que los vegetales poseen en sus pigmentos y que han demostrado tener poderosos efectos protectores sobre las células: las limpia de elementos tóxicos y las protege, nada más y nada menos, del cáncer. En Estados Unidos, la mayoría de los planes de alimentación de las personas que padecen esta enfermedad incluye al kale varias veces a la semana, y se lo recomienda como alimento preventivo de los procesos oncológicos.

Además es rico en carotenos, que dentro del organismo se transforman en vitamina A, imprescindible para la realización de numerosos procesos vitales. El consumo de kale es muy favorable en la recuperación de los procesos anémicos, asociado con otros alimentos.